España y el resto de países de la cuenca mediterránea, tienen un potencial forestal tremendo. En España existen algo más de 18 millones de hectáreas de matorral. Un recurso un tanto olvidado y que el Proyecto Life+ EnerbioScrub ha estudiado revalorizar destinándolo a bioenergía.
Con la finalización del proyecto en diciembre de este año, ya se han publicado las primeras conclusiones obtenidas durante el progreso del proyecto:
- Los desbroces matorrales y las limpiezas de montes pueden generar recursos de biomasa muy abundantes que actualmente están poco o nada valorizados.
- ¿Es ambientalmente sostenible desbrozar? Todo indica que es positivo si se hace de forma ordenada y usando la maquinaria adecuada.
- La biomasa obtenida de las masas arbustivas tiene calidades medias-altas para usos energéticos y podría competir con los pélets y astillas de madera.
- El aprovechamiento mecanizado de la biomasa de muchas masas arbustivas puede ser rentable a corto-medio plazo.
- Es necesario que las administraciones se tomen en serio el tema. Ayudar a los propietarios e invertir más en desbroces que se puedan autofinanciar parcialmente con la biomasa, pastos, los recursos micolócgicos y la apicultura.
- Vencer inercias. La biomasa del matorral no es madera. Su tratamiento es diferente. Se requieren directrices y normativas específicas para su gestión.
- Recomendación a la administración en el empleo de nuevos fondos públicos: más tratamientos silvopastorales y menos repoblaciones. Es necesario cuidar las masas que tenemos antes de crear otras nuevas.
El próximo día 28 de Noviembre de 2017 se va a llevar a cabo en el Instituto de la Ingeniería de España, la jornada técnica: “Tecnologías de desbroce y cosecha de matorral con fines energéticos. Resultados y aplicaciones” en la que se van a exponer los resultados de las más de 600 horas de desbroce y cosecha simutánea de matorral, llevados a cabo con dos novedosos equipos que lo desbrozan y lo cosechan de dos maneras diferentes y que se pueden ver en los siguientes vídeos:
(Autor: Luis Saúl Esteban Pascual)
(Autor: Luis Saúl Esteban Pascual)
Despúes del triste episodio que hemos vivido de grandes incendios forestales en esta temporada de 2017 y que nos ha dejado grabado en la mente los episidios de enormes incendios en Galicia, Asturias y León en el pasado mes de octubre y dado el significativo porcentaje de fuegos en los que está implicado el ser humano, la estrategia debería incluir cuestiones como la lucha contra el abandono del rural, ya que hay muchas masas forestales en las que ya no hay gente que las trabaje.
Otra alternativa es apostar por la valorización de una diversidad de productos del monte, el trabajo asociativo y la implantación efectiva de seguros forestales. Y ahí es donde se podrían aplicar las técnicas desarrolladas en el Proyecto EnerbioScrub.
En mi opinión, es una magnífica oportunidad de adaptarnos a las dinámicas de incendios a las que se está evolucionando y de hacer llegar a la clase política que tiene la capacidad de decisión y a la sociedad rural propietaria de muchos montes, estas formas innovativas de adaptación y prevención contra los incendios forestales a la vez que se da un aprovechamiento económico a recursos que hasta ahora carecían de interés.
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Hay que recordar que en el noroeste peninsular los incendios forestales constituyen “un problema relativamente estructural” que se vincula a factores como la tradición del empleo del fuego en áreas rurales, el incremento de la biomasa vegetal y la existencia de periodos de sequía como el que padece actualmente la Península Ibérica. El cambio de clima hacia estos periodos de sequía nos obligará a enfrentarnos incendios cada vez más graves.
Se habla de los que tienen el monte descuidado, de los que no limpian sus parcelas, pero el fuego no distingue entre quienes cuidan de sus bosques y quienes no: los últimos incendios lo han arrasado todo y según dijo Juan Picos el pasado 26 de octubre en la Escuela de Ingeniería Forestal y de Montes de Madrid, “uno de los trabajos más importantes ahora es el de restablecer la confianza con tanta gente que ha dedicado 20 años de su vida a plantar y cuidar un monte. Volver a ponerlos de acuerdo y decirles que merece la pena. Porque esto no es comprar acciones, venderlas y ganar dinero. Si plantas un eucalipto en la zona más productiva tienes que esperar 15 años para ver un euro. Eso también ha ardido”.
A mi entender, el aprovechamiento de grandes masas de matorral para fines energéticos parece, a día de hoy, la mejor estrategia para gestionar esas superficies de matorral, reduciendo a su vez la disponibilidad de combustible, renovando zonas de pastos sin necesidad del empleo del fuego, dando salida a productos forestales sin interés económico, pero sobre todo, luchando contra el abandono rural. La sociedad rural es un agente clave y a veces menospreciado pero sin embargo, debería de ser primordial realizar una gestión de la vegetación vinculada a un aprovechamiento económico (en este caso el monte de matorral) que permita, sin invertir ingentes cantidades de dinero, mantener el combustible con un cierto control además de intentar, mediante educación evitar que haya comienzos de incendios. No se trata solo de un problema de desbrozar el combustible para reducir el riesgo de incendio; creo que lo que hay que conseguir es que el medio rural y la organización del territorio sean agentes sanos y dinámicos aprovechando y fomentado que los propietarios forestales saquen rentabilidad de sus montes.
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Foto principal: Isaac Sanz